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jueves, 23 de abril de 2009

A tiro hecho y vuelta a casa (Días 8 y 9)

El penúltimo día lo reservamos para ir a tiro hecho a los sitios que habíamos dejado pendientes, y aunque no eran demasiados, no nos dio tiempo a verlos todos. Compramos los souvenirs de turno, volvimos a pasar por zonas como el Pier 17, que nos había gustado mucho, y acabamos cenando como auténticos yankis, un buen plato de carne con papas fritas. La gastronomía no es el fuerte de esta gente, pero si hay algo que habíamos oído en más de una ocasión, es que la carne es buenísima, y si no la probábamos entonces, iba a estar difícil llegar a comprobarlo. Nos atendió una camarera (hispana, por supuesto), que me hizo pensar en cuando tendrían que aprender los camareros en España. Allí cobran unos sueldos bastante miserables, así que las propinas constituyen una parte esencial de su salario. Son obligatorias, y hay quienes te facilitan tres posibles cantidades, para que tú estimes el porcentaje que les quieres dar (10, 20 o 30%); llega a tocar las narices “el engaño”, es decir, que cuentes con que algo te va a costar una suma de dinero determinada, para luego descubrir que es más, pero al menos se esfuerzan en dar el mejor servicio posible, para que lo hagas de buena gana. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez con algún camarero que más que servirte parece que te está haciendo favor? O que tarde mil años, te trate a la patada o pase de ti… ¿nunca? Quisiera yo ver a esos en Estados Unidos… se espabilarían enseguida por la cuenta que les trae.

A la mañana siguiente salimos a recados de última hora, y volvimos a mediodía al hotel; subimos a la terraza a hacer tiempo, hasta que viniera el coche que nos habían facilitado para llegar hasta el aeropuerto, y nos abordó una empleada que casi muere de placer al hablarnos, y descubrir que éramos del lugar en el que ella había estado de vacaciones. Al bajar a la puerta del hotel nos recibió… ¡una limusina! Salimos del país por la puerta grande, poniendo atención en cada edificio que veíamos alejarse, quizás en un intento de retenerlos con fuerza en la memoria hasta la próxima vez que volvamos… que lo haremos.


6 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Ohh, parece que se nos hayan acabado las vacaciones a todos. C'est fini. :(
Lo de las propinas me parece engorroso. Veo más practico que estipularan unos precios en los que ya tuvieran en cuenta un porcentaje para los empleados. Desde el punto de vista de comodidad para el cliente cuantas menos calentamientos de cabeza mejor, ¿no crees?
En cuanto al dibujo, ole ahí, que para eso tenemos blogs personales. Personaliza lo que gustes, cuanto más mejor.

Bueno, ¿a dónde nos vamos ahora?

Un abrazo Peibol

Anónimo dijo...

Hola, qué lástima que llegamos al final, para mi fue un poquito como viajar con tantas cosas que nos has contado. El viaje real está anotadito en mi lista de pendientes.
Y entiendo perfectamente que a uno le queden ganas de volver. Gracias de nuevo x compartir tu viaje con todos y besos. Ana

El extraño desconocido dijo...

Pero esa limusina está decorada para una boda, no? a ver si se confundieron y hay un novio en NYC que todavía está esperando en la iglesia a que llegue su prometida! jajaja!
Un abrazo, y a ver si viajas más :D

peibol dijo...

A JuanRa Diablo:
Es un engorro, pero lo es aún más lo de los impuestos, que no lo mencioné; cualquier cosa que compres te sale más cara que el precio fijado. Vale que es una miseria la diferencia, pero ¡coño!

Si hay suerte, este verano toca interraíl, así que... paciencia, y gracias por tu infatigable interés ;)

A Ana:
Gracias, la verdad es que no había planeado ser tan minucioso, pero por mensajes de apoyo como el tuyo, me he animado a contar y contar. Muchas Gracias. Un beso

A El extraño desconocido:
Esa limunsina es una foto de internet, que cogí por ser la más parecido a la nuestra XD. Puedes quedarte tranquilo por ese hipotético novio colgado :D


¡Saludos!

Peter Pan dijo...

uy, en Estados Unidos, de hecho, es en el unico lugar del mundo en el que los camareros te tratan tan bien. En el resto de Europa te tratan como un indigente. Por ejemplo en Roma :)
Y lo de las limusinas en NY esta al orden del dia, es tan corriente. Yo tambien monte en un par de ellas cuando estuve :)

peibol dijo...

Ojalá a los camareros de aquí se les pegara alguito. :s

Sí, ya me di cuenta de que lo de las limusinas está a la orden del día, pero para los que no estamos acostumbrados, es un shock